Cómo retrasar la pérdida de piezas dentales

El terreno de la odontología es un campo cada vez más avanzado en lo que se refiere a pérdidas de piezas dentales. Por ejemplo, hoy en día ya no lucimos sonrisas con huecos, puesto que existen unos implantes dentales de materiales duraderos y aspecto idéntico a la dentadura natural que suplantan a la perfección las piezas que se han perdido.

Sin embargo, como en todo, más vale prevenir que curar. Aunque la pérdida de piezas dentales en ocasiones es casi inevitable, sí es cierto que si seguimos a rajatabla una serie de consejos, conseguiremos evitar o, al menos, retrasar la caída de los dientes. ¡Toma nota!

Tómate en serio la higiene

Hay que cepillarse los dientes después de cada comida. A veces, el ritmo de vida no nos deja tiempo casi para nada, pero recuerda que lavarte los dientes son solo 3 minutos que pueden influir enormemente en tu salud bucodental. Si comes una oficina, ten una bolsita de aseo en el cajón con un cepillo y una pasta de dientes y, antes de volver a tu escritorio, dedica esos 3 minutos a tu sonrisa.

Durante el cepillado, no descuides tus encías. Tendemos a centrarnos en los dientes y en olvidarnos de ellas, a pesar de que también pueden acumular restos de comida.

Además, en los principales cepillados (por la mañana y por la noche), termina utilizando el hilo dental y un buen enjuague bucal. Es la mejor forma de asegurarte de que no quedan restos de comida ocultos entre tus dientes y de que acabas con las bacterias nocivas que pueden causar las temidas infecciones.

Cuida tu alimentación

La pérdida de piezas dentales tiene que ver con la disminución del hueso que “sujeta” los dientes, aquel al que se adhieren sus raíces. Mantener ese hueso fuerte durante todo el tiempo que podamos es clave para evitar los temidos huecos en la sonrisa, y en este contexto es fundamental una alimentación equilibrada.

Recuerda que el calcio es el gran aliado de los huesos. Incluye tus favoritos en tu alimentación diaria: leche, yogures o quesos. También es importante reforzar la capacidad de los huesos para absorber ese calcio que les estamos dando. ¿Cómo? Gracias a la vitamina D.

La mayor fuente de vitamina D se encuentra en los pescados, en especial, los grasos. Come salmón, caballa, atún, sardinas… lo que más te guste. Si eres muy fan de la cocina, puedes hacerlos vuelta y vuelta a la sartén y seguirán siendo deliciosos, o bien puedes optar por las versiones enlatadas, que mantienen sus propiedades y son muy fáciles de comer: solos, en bocadillo, en sándwich…